El título es redundante porque siempre se aporta todo el cariño y solemnidad posible a la festividad de la Traslación de Santiago Apóstol (antigua festividad de Santiago en el calendario litúrgico mozárabe, como nos recuerda Pepe Marquez, maestro de ceremonias, en el prólogo cada año), pero este año la misa brilló con una luz especial.
Congregados peregrinos y fieles un año más en la Iglesia de Santiago, cuyas puertas de hospitalidad nos abría como siempre la Hermandad de la Redención, nos llevamos la sorpresa de que el oficio sagrado era concelebrado este año por el Padre D. Salvador Aguilera, de la Archidiocesis de Toledo, experto en liturgia mozárabe que, acompañado de otro sacerdote ucraniano de tradición cristiano-ortodoxa y de nuestro socio y canónico D. Ulpiano Pacho, dieron un explendor especial al acto. Agradecer un año más a los diaconos y cuerpo de acólitos que, coordinados por Alberto, sirvieron el altar, y también especialmente al Promotor Sacramental de la Redención,Joaquín Amador, y a los miembros de la Encomienda Santiaguista de Villanueva del Rio, por la ayuda inestimable de todos.
A su finalización celebramos la cena de confraternidad en el Bar "Entrevarales", regido por el buen amigo Pepe Cuaresma, que reunió a más de una treintena de socios y simpatizantes hasta la madrugada, poniendo el broche de oro a esta jornada de festividad jacobea tan arraigada entre los peregrinos sevillanos. Buen Camino.