CRÓNICA DE LA VISITA CULTURAL “RUTA LITERARIA POR SEVILLA”
17 DE DICIEMBRE DE 2022.
A las once de una mañana soleada de sábado, en la capillita de la Puerta de Jerez, nos dimos cita los participantes en esta convocatoria dispuestos a iniciar un agradable paseo de la mano de Manu nuestro guía y preparados para conocer un poco más a la ciudad de Sevilla, en esta ocasión en lo relativo a la literatura que se generó desde ella o en torno a ella, fundamentalmente referida a la obra de Miguel de Cervantes y de los poetas de la Generación del 27.
La primera estación del recorrido fue en la propia Puerta de Jerez donde Manu nos leyó un fragmento de la obra “Diálogo de los perros” de Miguel de Cervantes en el que se hace alusión al ámbito en el que nos encontrábamos. Allí mismo se nos explicó la evolución de la plaza desde la demolición de las murallas y de la propia puerta, en la segunda mitad del XIX, hasta poco antes de la Exposición Iberoamericana de 1.929 en que se remodela todo su perímetro, se instala la fuente central y se abre la actual Avenida de la Constitución. En esos años previos a la Exposición se construye uno de los edificios más dignos de la plaza, el Palacio de Yanduri, sobre el solar dejado por la demolición del inmueble en que nació Vicente Aleixandre (1898-1994), premio Nóbel de Literatura en 1977, y del que Manu nos leyó uno de sus poemas.
Desde aquí y subiendo por la calle San Gregorio iniciamos el camino hasta la plaza del Triunfo, allí nos detuvimos para glosar la figura de Joaquín Romero Murube (1904-1969), autor sevillano que durante muchos años ocupó el cargo de Conservador del Alcázar. A él está dedicada la calle abierta en los años 50 del pasado siglo que une la plaza del Triunfo con la de la Alianza, en pleno barrio de Santa Cruz. Allí Manu leyó el fragmento “Luz en el compás” de la obra “Dios en la ciudad” de este no demasiado conocido miembro de la Generación del 27.
A continuación nos desplazamos a la contigua plaza de la Virgen de los Reyes donde nos detuvimos junto a la lápida cervantina colocada en los muros del Convento de la Encarnación. Esta lápida es una de las 25 que se colocaron repartidas por la ciudad en conmemoración del tercer centenario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, en lugares que aparecen mencionados en su obra. En ésta en concreto se menciona al Corral de los Olmos, edificio sede de los cabildos eclesiásticos y civil hasta el siglo XVI que estuvo adosado a la catedral y ocupaba parte de la actual plaza, y que Cervantes cita en su comedia “El rufián dichoso”. Allí se nos leyó, en primer lugar, la descripción de la Giralda contenida en el libro 2º de El Quijote, y después la que hizo Gerardo Diego (1896-1987) de la misma Giralda en su obra “Alondra de verdad”.
Siguiendo con el paseo nos desplazamos hasta la calle Alemanes, allí, junto a la Puerta del Perdón que da acceso al Patio de los Naranjos, se encuentra otra lápida cervantina, en esta ocasión dedicada a la novela ejemplar “Rinconete y Cortadillo” donde Cervantes se refiere a las gradas de la Catedral como lugar donde se establecían los tratos comerciales en la ciudad.
Caminando por la calle Hernando Colón llegamos a la plaza de San Francisco, centro vital de Sevilla durante siglos, donde se celebraban los actos públicos de mayor relevancia, como corridas de toros y autos de fe, o se contemplaban por las fuerzas vivas sevillanas las procesiones de Semana Santa y Corpus. Allí y dentro del “Arquillo” del Ayuntamiento se encuentra otra lápida cervantina, dedicada a las novelas ejemplares “Rinconete y Cortadillo” y “Coloquio de Cipión y Berganza” en las que se cita la plaza en que nos encontramos. Allí Manu nos leyó fragmentos de las obras “Rinconete y Cortadillo” y “El rufián dichoso” de Cervantes, así como sendos textos de Federico García Lorca (1898-1936) y de Rafael Alberti (1902-1999), de sus obras “El poema del cante jondo” y “Las nuevas coplas de Juan Panadero”, respectivamente.
La siguiente estación fue junto al monumento a Cervantes ubicado en la calle Entrecárceles, que debe su nombre al hecho de haber tenido presidios en ambas márgenes, la Cárcel Real con acceso por la calle Sierpes y la de la Audiencia con acceso por la plaza de San Francisco. En dicha Cárcel Real estuvo preso Cervantes debido a que en su época de recaudador de impuestos, al parecer sus cuentas no coincidían con la de las autoridades judiciales. Se dice que durante su estancia en la cárcel engendró las líneas maestras de su principal obra, El Quijote.
De allí fuimos hasta la calle Sierpes para observar las placas que rememoran la existencia de la referida Cárcel Real y la estancia cervantina en ella, colocadas en el edificio que hoy se levanta en el lugar de la misma.
A continuación marchamos hasta la calle Tetuán para detenernos ante el edificio donde el Ateneo de Sevilla organizó unas jornadas poéticas en homenaje a Luis de Góngora en el año 1927, acontecimiento considerado como hito fundacional de la denominada Generación del 27. Resguardándonos en una bocacalle cercana, para no ser atropellados por la avalancha humana en sábado de compras navideñas, Manu leyó un fragmento del libro “La arboleda perdida” de Rafael Alberti donde narra las parrandas nocturnas a las que el impulsor de las jornadas, el torero Ignacio Sánchez Mejías, invitaba a los jóvenes poetas participantes en las mismas.
Después marchamos hasta la calle Acetres donde está la casa natal de Luis Cernuda (1902-1963) en cuya fachada existe una placa de mármol en homenaje al poeta. Allí se nos leyó un fragmento de una de sus obras más conocidas, “Ocnos”.
Como estación final nos desplazamos la Encarnación en la esquina con calle Laraña en la que, en la fachada de la iglesia de la Anunciación, puede contemplarse, aparte de otra placa de mármol dedicada a Cernuda, otra lápida cervantina, la que glosa la mención que se hace en la novela “Coloquio de Cipión y Berganza” al Estudio de la Compañía de Jesús del que formaba parte dicha iglesia. Bajo el templo, en su cripta, se encuentra el panteón de sevillanos ilustres entre ellos aquí está enterrada Cecilia Bölh de Faber (1796-1877), más conocida por su pseudónimo Fernán Caballero y de la que Manu leyó uno de los muchos romances orales que ella recopiló de la tradición española, el denominado “Romance a Delgadina”.
En este lugar y siendo casi la una de la tarde se dio por concluida la jornada de paseo literario por el centro de Sevilla. Allí nos despedimos deseándonos unas felices fiestas navideñas y algunos asistentes aprovecharon para comenzar a celebrarlo en los establecimientos hosteleros del entorno.
Fotos del Evento
