El sábado 20 de enero nos desplazamos hasta Torremejía para continuar por la Vía de le Plata, en esta ocasión, para realizar la etapa entre Torremejía a Mérida, de apenas 15 km. En los días anteriores las lluvias fueron generalizadas en todo el suroeste español y sobre todo el viernes 19 las precipitaciones fueron muy abundantes en la zona de Mérida. A esto hay que unirle que caminábamos por la comarca de Tierra de Barros. El barro estuvo omnipresente en la segunda parte de la etapa. El trazado de la etapa no presentó problemas de desnivel y de orientación. Con dos partes bien definidas, una primera parte donde el camino va en paralelo a la N-630 y la segunda por caminos agrícolas que nos llevan a Mérida.
Como es habitual quedamos en Plaza de Armas. El autobús para a desayunar, en el polígono de Monesterio, una vez terminado el desayuno, continuamos hasta Torremejía y una vez allí, el autobús, no dejó cerca de la gasolinera. Iniciamos la marcha por el arcén de la N-630, atrás dejamos la Gasolinera, la Piscina Municipal y a la altura del Cementerio, una señal colocada en el arcén de la carretera nos indica que cojamos un camino que va en paralelo a la carretera nacional. Eso hicimos, nos fuimos por el camino, sin charcos, pero cuando dimos nuestros primeros pasos, el barro era abundante en nuestro calzado y se produjeron los primeros resbalones. No anduvimos más de 100 metros por él, cuando tuvimos oportunidad lo abandonamos y volvimos al arcén de la carretera y por ella avanzamos durante unos cuatro km hasta el cruce con la carretera EX -105, el cual cruzamos, y a continuación cogimos un camino que surge a la derecha marcado con unos cubos de la Vía de la Plata de la Junta de Extremadura, que era la antigua carretera a Mérida.
Continuamos caminando paralelos a la N-630, cruzamos las vías del tren y al poco volvimos nuevamente al arcén de la nacional, el cual no abandonaríamos. Tras pasar el punto kilométrico 632, dejamos definitivamente el asfalto de la carretera por una senda que surge a la derecha y que desemboca en una pista agrícola rectilínea que avanza hacia Mérida.
Desde que dejamos la nacional y cogemos las pistas agrícolas el firme del camino se va a caracterizar, tras las lluvias caídas, por la gran cantidad de barro, que no nos abandonara hasta que llegamos a Mérida. No era un barro cualquiera, era un barro que se pegaba al calzado formando grandes pegotones que pesaban y unido a los continuos resbalones, hacían dificultoso nuestro caminar. A esto hay que unirle la gran cantidad de charcos, que en ocasiones era complicado el salvarlos y los continuos regueros de agua, que unas veces se podían salvar y en otras, andar por ellos. Todo esto unido, hizo que algunos al no llevar el calzado adecuado, la etapa corta, se les hizo demasiado larga.
Pasamos varios cruces y siempre de frente entramos en Mérida por el barrio de Bellavista, las flechas nos dirigen hacia el puente romano, el cual cruzamos y nos adentramos en el centro urbano de Mérida, dando por concluida la etapa.
Etapa corta y fácil de hacer si no hubiéramos tenido las condiciones atmosféricas tan desfavorables en los días anteriores a su realización. Cabe indicar que la señalización con los cubos de Alba Plata es suficiente, pero las flechas amarillas, mejor dicho blancas, hace mucho tiempo que no se han repintado.
El pronóstico del tiempo que había para este día era de sol. Y efectivamente amaneció un día totalmente despejado con un sol radiante, lo cual propició que la etapa fuera agradable de caminar, en cuanto a la temperatura. Aunque a primera hora de la mañana estuvo bastante fresca. Cuando comenzamos a andar, el termómetro de la farmacia de Torremejía marcaba 4º C. Contemplamos un campo de un verde intenso, agradecido por las últimas lluvias. En cuanto a los cultivos que nos encontramos, predomina el viñedo y también hay gran cantidad de olivos.
Fdo. Luis Gutiérrez (Vocal de Actividades - Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Sevilla "Vía de la Plata"-)
Enlace a las fotos de la jornada:
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