El sábado amaneció despejado y según nos íbamos acercándonos a Llerena, desde las ventanillas del autobús, veíamos en los campos la helada que había caído por la noche. Campos completamente blancos.
En esta salida, por el Camino de la Frontera, fuimos un autobús completo. Al bajarnos en Llerena, la temperatura era baja y el aire frío nos dio de lleno en la cara, menos mal que íbamos bien abrigados. Al principio